Thelma & Louise: somos todo lo que necesitamos

POR MARÍA VICTORIA VARELA
ILUSTRACIÓN LA DELMAS

En ese momento se miran lento y seguras. Como si el mundo hubiese parado de girar para que puedan entender que no cabían dos como ellas en él. “Simplemente sigamos” dice Thelma.

Sus manos se aprietan fuerte, bien fuerte, sellando un pacto para siempre. Un pacto que rompe la pantalla, trasciende épocas, matrices y ficciones. Un lapso inmortal en el que se prometen que nunca más estarían solas.

La escena final de Thelma & Louise dio la vuelta al mundo. Veintiséis años después de su estreno, decido tachar de mi lista de pendientes la película dirigida por Ridley Scott y guionada por Callie Khouri, donde el feminismo aparece narrado en una versión aventurera, sublime y dramática. Pero en el orden de las imágenes, lo que nos muestran es el proceso de de-construcción de sus personajes. Ellas tienen que desarmarse para volver a unirse, complementándose una con la otra. Una para la otra. Reciben los golpes pero saben seguir adelante. Eso es a fin de cuentas: continuar juntas.  

La cortina final rompe mis emociones y el vuelo a través del Gran Cañón termina pareciéndose mucho al recorrido que hace mi paquete de carilinas hasta estrellarse con bronca contra el piso. Porque no había otro cierre posible, pero loca, ellas se escaparon a ser libres. Quisieron ir lejos de sus ataduras, relaciones vacías y promesas vencidas. Louise sabía lo que quería. Thelma confiaba ciegamente en ella. Pero sobre todo, estaba aburrida de su mundo, de su marido desde que actuó esa versión desvirtuada del amor.  Lo hicieron veintiséis años atrás y ninguno de los recorridos del guión escrito en los 90´s está más cerca de la realidad. Los privilegios del varón atropellan su voluntad y entonces Thelma y Louise aprenden juntas – y nos enseñan – lo que significa la sororidad.

La mejor aventura de sus vidas deja un trago amargo en todx quien se haya cruzado con la historia. Se fugan de las ataduras, de la ley, del mundo inverosímil que jamás creería su historia.

Elijo pensar el final como una ruptura tenaz del esquema que se sigue perpetuando pero que una vez más en la historia, tiene a una marea de feminidades que retuercen los cimientos de la sociedad patriarcal donde ya no cabe ninguna Thelma ni Louise. Seguimos adelante, con nuestras manos apretadas bien fuerte. Eso es, a fin de cuentas, continuar juntas.