SexHum: goce, erótica y deseo

Ph Julián Herrera Loaiza

Escribe Rocio Fabbio

Fotografía Julián Herrera Loaiza

Sexhum es una performance LGBTIQ+ de erótica viva en movimiento.
Con una primera edición en 2019, este año resurgió en formato digital al alcance de todxs. La propuesta, a la gorra, invita a una danza de cuerpos sintientes que gozan, se retuercen, lamen, respiran y aceleran sus latidos. La obra se desarrolla a través de Zoom, donde las ventanas se van encendiendo a medida que las escenas se despliegan.

¿Cómo gozan lxs cuerpxs? ¿Con qué fantasías? ¿Con qué deseos?
El goce es un territorio de disputa política, atravesado por la heteronorma y por la cultura patriarcal. El cuerpo es un objeto siempre perfectible, siempre posible de adelgazar, levantar, tonificar, moldear.
¿Cuántas veces sentimos que nuestros goces no tenían lugar, voz ni palabras? ¿Qué nuestrxs cuerpxs, máquinas imperfectas, no merecían sentir placer? Cuando encontramos las palabras para decir de nuestro deseo, ¿nos animamos a decirlo en voz alta? Cuando nos reencontramos con la potencia de nuestro cuerpo, ¿nos animamos a ponerlo a jugar?

Cada uno de lxs ocho performers abre su ventana y compone una escena para contarnos una historia breve e intensa, que luego entra en diálogo con otrxs y con nosotrxs: mirarse, calentarse, gemirse, lamerse, tocarse, sentirse. Así oscilan los diálogos. Estos sentires y movimientos incluyen explicita e implícitamente el cuidado y el consentimiento como herramientas al servicio del deseo. Por esto mismo el alcance de la performance es más profundo, con el hincapié en lo fundamental: cuidarnos en nuestros goces y gozar con nuestros cuerpos.


Sexhum apunta ahí donde duele porque nos hemos relegado a un tipo de placer impuesto, y ahí donde sana porque necesitamos esa reconexión con nuestros deseos. Deconstruirnos y bucear en las posibilidades, en los cuerpos altos, bajos, medianos, marrones, flácidos, pálidos. Bucear en las sexualidades, en los cómo y con quién o quienes, es profundamente necesario. Conectar con la propuesta despierta una emotividad, aumenta los latidos, y convoca a la imaginación.

La obra sucede por streaming, los sábados de agosto a las 11 de la noche, y las entradas se compran online.