Un grito insaciable de liberación se multiplica en cada paso sobre la Avenida de Mayo.
Miles de gritos marchan cada 3 de junio desde hace 3 años, aunque algunxs se tapen los oídos para no escucharlos.
Estos gritos denuncian y llaman a las cosas por su nombre: femicidio, peligro, machismo, organización, violencia, cuerpo, patriarcado, objeto, medios, manipulación, feminismo.
Envueltos en lágrimas desgañitan porque están de este lado, del lado de la vida donde la responsabilidad por pelear y gozar de los derechos aún es posible. La sangre de hermanas, madres, mejores amigas, hijas y compañeras asesinadas originan desesperados gritos de justicia.
En Plaza de Mayo los gritos se vuelven llamas gigantescas que asustan de belleza y queman todo a su paso para que no corra más sangre por femicidios.