¿No es acaso
este cuerpo
mi única posesión?
Conquistar
es un gesto
político
y poseer
no es tener.
Somos
territorio
en disputa.
(Aldana Antoni, Buenos Aires. Libro Martes Verde 2018)
POR CAMILA PICHARDO
FOTOGRAFÍA PRINCIPAL: SILVANA RIGGIO
Como en todos los encuentros feministas, el 28 de mayo no fue un día más. Adueñarnos de las calles, habitar el espacio público, reencontrarnos luego de la intensa jornada del 8 de agosto del 2018, cuando se debatió el proyecto de Ley en la Cámara de Senadores. En el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres y 14° aniversario de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, salimos para gritar una vez más ¡que sea ley! en la octava Presentación del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo, que cuenta con setenta firmas de diputadxs y legisladxrs.
Desde muy temprano ya se ve el color verde que va a teñir la jornada hasta la noche. No importa el clima, ni los asuntos pendientes, ni el cansancio: nos encontramos porque sabemos que la alegría de luchar y vernos juntxs es el mejor motor para la conquista de nuestros derechos. Si hay algo de lo que podemos estar segurxs, y lo demuestra el hecho de presentar el proyecto en un año electoral, es que no hay vuelta atrás. Desde la militancia histórica que realiza la Campaña, se logró despenalizar socialmente el aborto, y cada día somos más y más jóvenes quienes reivindicamos la necesidad de poder decidir sobre nuestros cuerpos sin ser condenadxs judicial y socialmente. Que reclamamos por nuestros derechos porque devienen ultrajados, amordazados en una estructura patriarcal que se enmascara de violenta salvación, moral religiosa, en defensa de la vida. Pero lo único que defiende es una estructura que nos mata. Muertes que duelen en lo más profundo porque tomamos conciencia de todo lo que se nos ha negado, de todo lo que se nos sigue negando: el placer.
Habitamos el color verde y lo hacemos propio. La Plaza de los Dos Congresos y sus alrededores supo transformarse, una vez más, en un escenario sororo de mateadas, risas, debates, talleres (Aborto y Discapacidad, Educación Sexual Integral, Aborto, Niñez y Adolescencia, entre otros) y hasta un picadito de fútbol.

A eso de las cinco de la tarde, el éxtasis de la concentración. Carteles que reclaman la visibilización de todos los cuerpos gestantes: “Los úteros no tienen género”; “Si podés gestar, podés abortar”. Las pibas, caras pintadas con corazones verdes, mariposas llenas de glitter, tienen diez, doce, quince años. Van de la mano de las madres, en los hombros de las compañeras, trepadas a las rejas del Congreso. “La clandestinidad no salvó ninguna vida”; “Niñas, no madres”; “Infancias libres”. Entre el murmullo de la marea se escuchan en altavoz los cantos que repetimos sin cansarnos y las batucadas que nos hacen bailar al ritmo y calor de una nueva generación que vino para quedarse. Una mujer lleva un vestido blanco, se la ve con la boca tapada con cinta y los brazos atados con sogas; sostiene un cartel que dice: #noalaculturadelaviolación #noalabusoinfantil #abortolegalya.
Son las cinco y media. Los pañuelos se levantan de forma extendida: el pañuelazo ya es federal y se replica en todas partes del país. Las diversas voces confluyen en una sola: aborto legal en el hospital, aborto legal en cualquier lugar.
Adentro, ya empieza la conferencia de prensa. En el Anexo C de la Cámara de Diputados habla Mónica Menini, abogada salteña, feminista e integrante de la articulación Nacional de la Campaña: “las calles entraron al Congreso, porque en las calles estamos todos los días. Nunca dejamos las calles, nunca dejamos los barrios. Articulamos y activamos en red (…) Venimos aquí como Campaña, a este Congreso, fortaleciendo la democracia, a exigir un derecho que es una deuda para mujeres y personas gestantes, que es prioritario para las políticas públicas, porque es una cuestión de salud. Porque nosotras ponemos el cuerpo, nos morimos y quedamos mutiladas. Porque es una cuestión de derechos humanos. Porque no pueden seguir gestando ni pariendo niñas. Porque es una cuestión de justicia social”.

Son las siete y media. Empieza el festival con una batucada. Bailamos entrelazadxs entre el humo de las bengalas verdes. Rebelión en la Zanja sube al escenario para cerrar la tarde: “Yo sólo quiero una birra y salir a bailar / Irme a la plaza a luchar por el aborto legal”.
Mismo reclamo, nuevas propuestas
Si bien la base núcleo del Proyecto IVE se mantiene, el documento presentado ayer tiene algunas modificaciones que fueron resultado de los debates que protagonizaron el 2018:
- El sujeto de la ley son todas las personas con capacidad de gestar.
- La concepción de salud que articula la Ley es aquella sostenida por la OMS, que contempla el bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de enfermedad.
- La práctica del aborto se despenaliza hasta la semana catorce y luego se mantienen las causales contempladas en el Código Penal.
- Se centra en la incorporación de derechos fundamentales y artículos a la Ley de Educación Sexual Integral para niñxs y adolescentes, en reconocimiento de sus derechos sexuales y reproductivos.
- Se incita a tratar este tema desde las aulas, no como una problemática sino como un otorgamiento de derechos.
- Se promueve la existencia de asesorías, recuperando lo que ya vienen haciendo las Consejerías pre y pos aborto, para el acompañamiento en el acceso a información clave sobre la práctica y su realización.
- Se agregan nuevas formulaciones respecto a las personas con discapacidad y capacidades restringidas, para que la decisión pueda ser propia, y cuenten con el acompañamiento necesario.
- Se elimina la causal por malformaciones fetales.
- Se incorpora la dimensión sociocultural e intercultural que dispone unx intérpretx en caso de personas que hablen lengua extranjera y quieran acceder a un aborto seguro.
- Mantiene la no penalización de personas que quieran acceder a la práctica de forma libre y segura, y de profesionales que la garanticen.
- No incorpora la Objeción de Conciencia ya que son negaciones morales y religiosas que no hacen más que negar un derecho.
- Estipula que la Ley se cumpla tanto en Hospitales Públicos (de forma gratuita); y que se incorpore al Plan Médico Obligatorio (para que lo incluyan obras sociales y prepagas).
Será ley y la maternidad será deseada o no será, para poder decidir sobre nuestros cuerpos y reivindicarnos hacia un futuro más justo. Porque las restricciones desde los sectores conservadores y autoritarios lo único que hacen es condenar, elegir sobre la vida de lxs otrxs. Porque no vamos a dejar que se roben nuestra libertad y autonomía, gritamos una vez más, y todas las veces que hagan falta: ¡Que sea ley!