Por Joaquín Rodríguez Freire
Corre el año 2001 y la Argentina se encamina a un estallido social sin precedentes. Mientras las calles laten al calor de las asambleas populares y la Policía se alista para un desenlace sangriento, una nueva conjura musical reúne a un grupo de adolescentes en San Isidro. Así nace “Mujercitas Terror”, un arrebato de belleza al caos reinante.
“Visto en perspectiva creo que fue un estadío bastante caótico, pero en ese momento podía pasarme una guerra por encima que no me daba cuenta. La realidad es que estábamos en otro mundo, en uno de fantasía. Hoy seguimos en eso pero se hace inevitable ver lo que pasa”, así lo cuenta a PEUTEA Daniela Zahra, cantante y bajista del grupo que completan Marcelo Moreyra en la guitarra y Federico Losa en la batería.
Con 16 años de trayectoria “Mujercitas Terror” recorre senderos artísticos caracterizados por una estética oscura bien definida que pendula entre la literatura de Poe, la iconografía punk y un rock electrizante que fue adquiriendo una personalidad propia. “Nuestras influencias tienen que ver con que compartimos muchos gustos en común. Siento que nuestro mundo nació creándose entre nosotrxs, no miramos mucho alrededor. Hay mil cosas, por ejemplo la pluma de Silvina Ocampo, pero nos alimentamos entre los tres”, destaca Zahra.
Tras más de una década y media de permanencia, Daniela Zahra explica la continuidad del proyecto: “Esto es lo que nos da vida. No es algo extra o un hobby. Hay muchas bandas que lo hacen como algo más: para nosotros es lo único. Probablemente en el fondo mantenemos una cosa adolescente, de alguna manera lo hacemos para conseguir nada más que nuestro placer. Siempre fue así”.
Artista multifacética, Daniela es la autora de las ilustraciones de la banda. Durante su vida se formó en carreras como Bellas Artes, Animación y Teatro, herramientas que utiliza para nutrir al campo imaginario que transita el trío, aunque destaca que esto nunca se planteó de manera formal entre lxs integrantxs sino que ella ocupó ese lugar de manera genuina.
De todos modos, la música no era una de sus expresiones predilectas: “Nunca me había llamado la atención hasta que comencé con la banda. Cuando Marce me mostró las primeras canciones me encantaron y le dije que me gustaría tocar. Mis comienzos con el bajo fueron totalmente salvajes, todo lo hago de esa manera. Cuando quise estudiar no pude terminar porque no tengo la constancia. Sin embargo, con la banda, todos esos problemas se diluyeron y sin saber nada pude progresar”.
El conjunto tiene tres álbumes editados: “Mujercitas Terror” (2007); “Excavaciones” (2011) y “Fiesta Muda” (2015), los dos últimos grabados en los emblemáticos estudios ION. “Las sesiones ahí fueron buenísimas. En un lugar como ese hay que aprovechar el tiempo al máximo. Trabajamos con Hernán Espejo para el segundo álbum y con Andrés Cáceres para el último. Nos ayudaron un montón y nos dieron el apoyo que necesitábamos”, recuerda.
“Creo que lo maldito de Buenos Aires inspira. En septiembre del año pasado estuvimos en Europa de gira y pudimos tocar en todo España, por ejemplo, pero siempre se extraña este lugar”, analiza Zahra. De ese trip por el viejo continente surgió el último simple que la banda lanzó en formato casete con dos canciones grabadas en Berlín y una tercera reciclada y remixada por Andrés Cáceres.
En el ambiente del rock, Daniela defiende su lugar con fortaleza y aunque es consciente de que no es un espacio donde las mujeres sean mayoría, sino todo lo contrario, afirma que nunca se sintió menospreciada. “Toco en una banda donde la mayoría son hombres. Los grupos con los que compartimos cosas nunca me transmitieron esa diferencia. Siempre tratamos de estar bien rodeados, eso es algo que me parece muy importante para desarrollarnos”, desliza, al tiempo que aclara que hoy en día nota que hay menos mujeres integrando grupos: “Me parece que en otras épocas eran más, de hecho se organizaban festivales con bandas de chicas. También está bueno que eso no ocurra más porque en algún punto se terminaba generando una cosa apartada. Quizás verlas tocando en bandas está más naturalizado”.
Cuando nombra a sus referentes, Daniela se define como “antigua”. Menciona a ‘TheShangri – Las’, Leslie Gore y Marianne Faithfull, entre otras, destacando su rol como artistas que aportaron una obra valiosa y que le imprimieron una cuota propia al cancionero popular del siglo XX, específicamente al de la década del ’60.
De cara al futuro, Mujercitas se apresta para la difusión de su nuevo tándem de canciones inéditas y coquetea con una primera visita a tierras colombianas en noviembre, y un próximo regreso a México, país que recorrieron en 2012 como parte de la presentación de su segunda placa y al que la artista caracteriza como un sitio “muy inspirador”. “Esa es una de las cosas más lindas de tener una banda, el poder viajar y conocer gente”, dice.
Sumergirse en el universo de “Mujercitas Terror” implica el descubrimiento de melodías sombrías pero que no por eso pierden su carácter lúdico. Una suerte de introspección bailable marcada por un swing intrépido que recorre sonidos propios del noise, el rock and roll clásico y el post punk que conmovió la escena británica a comienzos de la década del 80’. “Porque yo soy un niño aún”, canta Daniela en “Bestia”, cuarto tema de su último disco. De eso se trata la música, después de todo.
(“Mujercitas Terror” se presentará en “Naranja Verde”, CABA, el sábado 29/07 en el ciclo “Experimento con un muerto/ matinee” desde las 18 horas en el espacio “Una Casa”, San Telmo).