POR SOFÍA LECOT

Rotoscopía por Julieta Ponce

Sabemos que la lucha feminista no es una sola, tiene pilares y batallas distintas en cada territorio, en cada grupo, en cada persona. Pero hay puntos en común que hacen que la revisión histórica nos recuerde que, entre tantas voces, entre tantas coyunturas, hay un grito que es global, que se hermana en contra de la restricción de libertades, de derechos. Un solo grito que se escuchó en miles de gargantas y cuerpos en las calles de Argentina. Justicia social en la salud pública. Aborto legal, seguro y gratuito.

Mientras digerimos a diario los resultados de la votación en el Senado, y nos fortalecemos también a diario para afrontar las próximas batallas, nos preguntamos qué pasa con la IVE en el mundo.

América Latina y el Caribe

América Latina es una de las regiones donde más se sufre la penalización del aborto y la mortalidad de mujeres por interrupciones clandestinas en los sectores más vulnerables de la sociedad. Para la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, los avances en temas de igualdad de género siguen sin alcanzar a quienes más los necesitan. La interrupción voluntaria del embarazo es uno de esos temas. Sin embargo, Victoria Casado Tolosa, becaria de CITCA-CONICET, afirma que la región marca la agenda en las discusiones globales de los movimientos feministas. “Nuestros territorios tienen una memoria muy viva de los procesos coloniales históricos y actuales de explotación, saqueo y muerte. Y encontramos en estas luchas una fuerte presencia de mujeres originarias que llevan en sus cuerpos-territorios estas marcas coloniales-capitalistas-extractivas-racistas y que desde allí constituyen los espacios de lucha política que son observados a escala planetaria”.

Curiosamente, tanto en Argentina como en Uruguay, la legislación sobre el aborto en materia penal se flexibilizó durante los regímenes militares. Al retornar los gobiernos democráticos en la región, estos avances fueron retrotraidos. “La contracara de estos procesos es historia reciente, el aborto ha salido de los círculos clandestinos de discusión y es un tópico recurrente de discusión pública, que desborda por completo la discusión parlamentaria y que pone sobre la mesa una deuda que la democracia formal tiene para con las mujeres en término de derechos sexuales y reproductivos”, explica Victoria, “creo que estamos en un punto de no retorno”.

En un vistazo continental sobre Latinoamérica, nos encontramos con que:

● República Dominicana, El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua y Surinam, son los países donde más penalidad pesa sobre aquellas mujeres que deciden abortar.
● En Antigua y Barbuda, Brasil, Dominica, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Venezuela se permite el aborto para salvar la vida de las personas gestantes.
● Chile lo despenalizó este año solo para tres causales.
● En Bolivia, Argentina, Bahamas, Costa Rica, Ecuador, Granada y Perú se acepta en casos donde se deba preservar la salud física.
● En Colombia, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, Trinidad y Tobago, solamente cuando es para preservar la salud mental.
● El aborto es legal solo en cuatro países de América Latina: Uruguay, Guyana, Cuba y Puerto Rico.

 

Europa

Adherido a las políticas de la OMS sobre la Interrupción Voluntaria del Embarazo, el continente europeo cuenta mayoria en cuanto a los países con leyes que regulan el derecho al aborto. Entre ellos, Portugal, Bélgica, Alemania, Austria, Francia, Eslovaquia, Grecia lo permiten en las primeras doce semanas. Bosnia- Herzegovina, Bielorrusia, Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Estonia, Macedonia, Hungría, Italia, Kosovo, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Montenegro, Noruega, Rumania, Serbia, Eslovenia, Suecia y Turquía son otros tantos territorios que tienen regulación sobre la IVE, aunque muchas veces la regulación no asegura que el aborto sea realmente seguro y gratuito, como sucede en Italia, donde la objeción de conciencia termina por ser la posición más frecuente de los profesionales de la salud al momento de la necesidad de interrumpir el embarazo.

● En Suecia se puede abortar sin explicar ningún motivo durante las dieciocho primeras semanas de embarazo.
● En Holanda la interrupción del embarazo es libre durante las veinticuatro primeras semanas, es decir, hasta los seis meses de gestación.
● En mayo de 2018 los y las ciudadanxs irlandesxs votaron un referendum para derogar la octava enmienda de la constitución, que penalizaba el aborto siendo una de las legislaciones más restrictivas del planeta en esta materia. El actual texto “reconoce el derecho a la vida de los no nacidos teniendo en cuenta igual derecho a la vida de la madre”, lo que significa que la vida del cuerpo gestante está en igualdad de derechos que el feto. Se espera que a fin de año se presente y se trate el proyecto de ley para la IVE.
● En Polonia, en marzo de este año el Gobierno intentó dar un paso hacia atrás, en una legislación que ya es una de las más restrictivas de Europa en materia de derechos sexuales (se permite el aborto solo en casos de violación o incesto, y rara vez se practica de forma legal y segura). Ya en 2015 el Partido Ley y Justicia, que gobierna el país del este europeo, había intentado aprobar esta misma ley, que propone prohibir la interrupción voluntaria del embarazo, penas de cárcel para las personas que aborten, mayores castigos para los médicos e incluso la apertura de investigación en los casos de aborto natural. Con el éxito del “Lunes Negro” en 2016, manifestación feminista que frenó los intentos de políticas anti derechos del Gobierno, en marzo de este año Varsovia volvió a oscurecerse, para seguir resistiendo contra las políticas del Estado. La Ley con la que se ilusionaban los ultra-conservadores no se aprobó, pero actualmente el Congreso está revisando la Ley actual, y someterá a votación la posibilidad de restringir aún más el derecho, omitiendo la posibilidad de interrumpir el embarazo en caso de enfermedad o malformación del feto. Los movimientos feministas en Polonia siguen alertas: cada semana se convoca a movilizar en un ciudad distinta, y para poder abortar de forma segura, tienen contacto con una agrupación en Berlín, un refugio no tan lejano para escapar de las condiciones de la clandestinidad.
● Algo similar sucedió en España, en 2014, cuando el Ministro de Justicia Alberto Ruíz-Gallardón propuso una reforma a la Ley IVE de 2010 (Ley de Plazos), para restringir el derecho al aborto libre, seguro y gratuito. Miles de mujeres se manifestaron en todo el país y lograron la destitución del cargo de Ruíz-Gallardón, con lo que se mantuvo la Ley de Plazos, que asegura no solo un aborto seguro sino financiado por el Estado.

Asia y Oceanía

La lucha feminista conquistó el derecho al aborto en Albania, Armenia, Australia, Azerbaijan, Bahrain, Camboya, China, Corea del Sur, Corea del Norte, Georgia, Kazajstán, Mongolia, Nepal, Singapur, Túnez, Tajikistán, Turkmenistán, Ucrania, Uzbequistán, Kirguistán, Bangladesh y Vietnam. Rusia, territorio transcontinental, fue el primer país del mundo en legalizar la práctica en 1920. Hoy es el país con mayor índice de interrupciones voluntarias del embarazo dentro del continente europeo y uno de los primeros en lo que se refiere a los índices a nivel mundial.

América del Norte

En Canadá, el aborto es legal y no está restringido por ley, se practica a petición de la mujer, sin límite de gestación, en hospitales públicos y de forma gratuita. Estados Unidos hoy revive la batalla de la despenalización del aborto: la lucha de la IVE fue ganada en 1973 gracias a un fallo de la Corte Suprema (Roe Vs. Wade) el cual postulaba que el aborto debe ser permitido a la mujer, por cualquier razón, hasta el momento en que el feto se transforme en “viable”, es decir, que pueda vivir fuera del útero materno sin ayuda artificial. Ahora, a raíz del anuncio de la retirada del juez Anthony Kennedy, cuyo voto era clave en esta lucha, se comenzó a especular sobre la posible revocación del caso.

Con un movimiento feminista arraigado y un índice de abortos que disminuyó a la mitad desde la década del ´80, gracias a los avances tecnológicos en cuanto a prevención y cuidados sexuales, el panorama no es tan difuso y es probable que las iniciativas queden en simples intentos del conservadurismo en seguir insistiendo con avanzar sobre los derechos conquistados.

Por su parte, en México, se practican aproximadamente 750 mil y un millón de interrupciones de embarazos en cuerpos gestantes, sin embargo el aborto está muy restringido en términos legales. Solamente en la Ciudad de México, desde el 2007, la interrupción voluntaria del embarazo es legal si se lleva a cabo dentro de las primeras doce semanas de gestación. En el resto del país, el aborto clandestino es la segunda causa más frecuente de muerte materna en una gran cantidad de estados según datos de la Secretaría de Salud de México.

África

En el continente africano tienen una situación similar a la de América Latina, sólo cuatro países permiten el aborto (Cabo Verde, Sudáfrica, Guinea – Bissau y Togo) y se vive una gran desigualdad en el acceso a la práctica: lxs que disponen de medios económicos son atendidxs en un entorno médico, en condiciones que varían según el caso, mejores o peores según las posibilidades económicas. Lxs demás recurren a otros métodos, mucho menos seguros, poniendo en riesgo la salud y la vida de la persona gestante, además de las condiciones psicológicas que la situación provoca.

Con sólo 32 países en el mundo donde el aborto no está permitido bajo ningún concepto, y con diversas legislaciones más o menos permisivas respecto a este derecho, la OMS y el Instituto Guttmacher, en su informe de 2017, indicaron que de 2010 a 2014 se produjeron en todo el mundo 25 millones de abortos peligrosos (45% del total de los abortos) al año y que la mayoría de abortos peligrosos (97%) se produjo en África, Asia y América Latina.
El mismo estudio de la OMS afirma que en los países donde el aborto está completamente prohibido o se permite sólo para salvar la vida de la mujer o preservar su salud física, solo uno de cada cuatro abortos fue seguro; por el contrario, en los países donde el aborto es legal en supuestos más amplios, casi nueve de cada diez abortos se realizó de manera segura. De nuevo, como repetimos en cada marcha y como afirma la Campaña por el Derecho al Aborto Seguro Legal y Gratuito y tantas otras organizaciones, agrupaciones, colectivos que luchan por este derecho: restringir el acceso al aborto no reduce el número de abortos. Allí donde el aborto es legal, baja casi a cero el riesgo de muerte para las mujeres.
Un caso ejemplar es el de la Ciudad de México. En una entrevista para el periódico El Excélsior (2017), la directora de Inmujeres, Teresa Incháustegui aseguró que antes de 2007 seis de cada diez mujeres morían por complicaciones en su realización, y actualmente, gracias a la despenalización del aborto se logró que se alcanzara una tasa del 0% de mortalidad por aborto en la capital. Lo mismo sucede en Uruguay, según estadísticas de su Ministerio de Salud Pública, la tasa de muertes por abortos es nula.
Oriana López, directora de Balance (asociación que se dedica a facilitar el acceso al aborto legal y seguro para mujeres fuera de la Ciudad de México) insiste, en una entrevista en el periódico online mexico.com, en que “los abortos clandestinos que realizan mujeres que tienen recursos de cualquier tipo: llámalos educación, dinero, contactos, van a ser abortos seguros aunque sean clandestinos [mientras que] las mujeres sin recursos son las que requieren que el Estado intervenga para que puedan hacerlo de la mejor manera”. Esto quiere decir que lxs principales perjudicadxs al momento de acceder a la interrupción voluntaria del embarazo son las mujeres y cuerpos gestantes con menos recursos económicos. Una legislación que reafirma la organización social clasista y divisoria en la que habitamos.

Como nos cuenta Victoria Casado, cuando en el ‘95 en México se dijo por primera vez ‘Ni una mujer menos, ni una muerta más’, o como nos suena más actualmente ‘Ni una menos, vivas nos queremos’ por las marchas sucedidas desde 2015 en nuestro país, lo que está por detrás es una denuncia radical a que se está atentando con nuestras vidas como mujeres. Y concluye: ”ya no alcanza con los derechos formales que se han ido logrando. No es suficiente si no hay un reconocimiento y respeto real hacia la vida de las mujeres. Y esa consigna de lucha política se levanta por los grupos feministas de todas las latitudes del globo.”

1 Informe de la ONU: Igualdad de género en la agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible
2 En el marco de su investigación aborda el estudio de los feminismos latinoamericanos para trabajar puntualmente la subjetivación política de artesanas-artistas de pueblos originarios del noroeste argentino.