¿Menstruar acorde al sistema?

Por Andrea Raimondi
Ilustración de Naara Schonfeld Estani

Normal, con alas, fit, nocturna, ultrafina, sin alas. Mini, medio, super, con aplicador o sin aplicador. Siempre libre, diseñadas para vos, hacé tu movida, entre nosotras. La industria de la higiene femenina pareciera abarcar todas nuestras necesidades a la hora de gestionar nuestra menstruación.
Pero aunque las publicidades sigan mostrando como única opción a las toallitas y los tampones que absorben nuestra sangre- siempre azul, nunca roja- sucia, vergonzosa y maloliente, para transformarla en pulcra y perfumada, existen alternativas más amigables con nuestra salud, nuestro bolsillo y con el medioambiente.

En promedio, consumimos once mil toallitas o tampones a lo largo del ciclo vital fértil. Esto se traduce en miles de millones de pesos que estamos obligadxs a gastar en productos que además implican riesgos para la salud y toneladas de basura (las toallitas y los tampones tardan entre 600 y 800 años en degradarse).

A continuación, algunas alternativas para no menstruar acorde al sistema.

Copa menstrual

 Conocida como “la copita”, está en boca de todxs hace poco tiempo, pero es un invento del siglo XIX. Según el Museo de la Menstruación y Salud de la Mujer en Maryland (EE UU)  existen modelos desde 1867. La primera copa  patentada y comercializada llegó en 1937, inventada por una mujer: Leona Chalmers, actriz y cantante, quien decidió dejar el arte de lado para dedicarse a la creación de este producto, un recipiente de caucho vulcanizado que simplificaría la gestión de la menstruación. Leona dijo entonces a los medios “encontré la solución a un problema que es tan viejo como Eva”, sin embargo llevó muchísimos años que este producto se instalase como una alternativa en el mercado.

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 La copa es un recipiente de silicona hipoalergénica que contiene (no absorbe) la sangre menstrual. Tiene marcas de volumen para registrar la cantidad de sangrado y un cabito antideslizante en su extremo inferior. Además, cuenta con pequeños orificios que facilitan su extracción.

 Es el producto de gestión menstrual con mayor capacidad de contención que haya existido, por lo que puede usarse hasta doce horas consecutivas, dependiendo de la cantidad de sangrado, sin presentar riesgos para la salud.

 Al contener la sangre, en lugar de absorberla, y estar hecha de silicona quirúrgica, el uso de la copa menstrual no presenta riesgos de contraer el Síndrome de Shock Tóxico, al contrario de los tampones.

 Todxs somos distintxs, por lo que existen talles que se adaptan a la variedad de cuerpxs y circunstancias, que tienen en cuenta la edad, la contextura física y la cantidad de flujo menstrual, así como el hecho de haber pasado por un parto vaginal

 Si bien su costo inicial es elevado (de entre $400 y $600) lxs fabricantes aseguran que el tiempo estimado de vida útil de las copitas es de entre cinco y diez años, si se siguen a la perfección sus reglas de limpieza y cuidado. Esto implica higienizar la copa cada vez que se la vacía y vuelve a ingresarse en el cuerpo. También es necesaria la esterilización de la misma, durante cinco minutos, al inicio y fin de cada menstruación.

 Maggacup es la primera copa menstrual fabricada en Argentina, “es un camino de autoconocimiento que te brinda una percepción más amable de vos misma, te invita a reconectar y aceptar tu propia naturaleza cíclica. Descubrir la sintonía entre tus ciclos femeninos, tus lunas y los ciclos de la naturaleza, abre la puerta para habitar tu cuerpo como un espacio de armonía. Este cambio en la percepción propia, activa tu conciencia para promover tu respeto por el hogar de todos, la tierra”, así lo afirman sus creadoras, Clarisa Perunilli y Luciana Comes, que desde el 2011 comercializan, en todo el país, la copa menstrual mediante su pagina web: http://www.maggacup.com/

En este video, se puede ver cómo son y cómo se usan:

Fuente: Maggacup

Toallitas de tela

 Las toallitas de tela están hechas 100% de algodón, que es muy absorbente y no genera humedad, además de ser natural y biodegradable. Su uso previene alergias, irritaciones y hongos, complicaciones que aparecen con el uso de toallitas descartables por contener químicos usados para que sean blancas, perfumadas y super-absorbentes.

 Están formadas por una base de tela impermeable que se ajusta a la ropa interior mediante broches. Por encima, adheridas con abrojos, van las toallas de tela de algodón.

 Al igual que las toallitas tradicionales, existen diversos modelos para diferentes cuerpxs y partes del ciclo: con o sin alas, nocturnas, protectores diarios, y otras.

 Las toallitas pueden utilizarse durante seis o siete horas continuas y, al igual que las copitas, son reutilizables, por lo que su costo inicial es más alto que el de los productos descartables, pero se amortiza pasados algunos meses. Las toallitas de tela tienen una duración estimada de más de tres años, siempre que tengan buen mantenimiento y limpieza.

 Flor de Luna es una cooperativa Argentina de mujeres, autogestiva y horizontal, que desde el 2011 produce toallitas de tela, entre otros productos de higiene femenina. “Queremos construir una alternativa de consumo respetuosa de las personas, por eso nos organizamos para trabajar sin empleados ni patrones, entre nosotras y con otras productivas. Así las mujeres podemos elegir no alimentar la industria de productos de higiene femenina descartable” detallan las creadoras de Flor de Luna en su página web, donde se pueden adquirir los productos:   http://www.flordeluna.com.ar/


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Fuente: Flor de Luna