CANDOMBE DE MUJERES por Sofía Genovese

Así como del fondo de la música
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen
recuerdos, esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen.
Octavio Paz

Hace años que las mujeres venimos reivindicándonos en el candombe que, a pesar de ser una manifestación artística de resistencia, nos ha dejado relegadas en la sociedad patriarcal  que estamos inmersas. Las mujeres tocamos el tambor, danzamos y habitamos el candombe porque también es nuestro. En Kuyén hay hermandad, sanación, crecimiento, unión, magia, empoderamiento, sororidad, vida, sintonía, amor y apoyo mutuo. Están creciendo y construyéndose a partir de la lucha y la organización feminista, con el candombe como hilo conductor de sus ideas y modo de vivir.

“Queremos que este espacio de candombe no solo sea de disfrute, si no también que sea de socialización, de relación, de ocupar como mujeres el espacio público de otra manera, no solo la calle, sino que ese espacio – tiempo – cuerpo, nos permita conocer las sabidurías que todas traemos dentro, transformar nuestras formas de habitar el mundo, y poder así crear nuevas maneras de socialización, con otros valores, donde el rol de las mujeres sea redefinido, y que ese poder transformador del “hacer candombe” nos permita a las mujeres cuestionar constantemente los sentidos que están en juego sobre el “ser mujer”, a la vez que mantener la disputa de lo que se considera hegemónicamente femenino; poder dar legitimidad a distintos cuerpos. Para eso es muy importante tener una mirada feminista y ser generosas con la compañera, tener empatía y compartir las experiencias que cada una trae. Escucharnos, brindarnos apoyo y crecer juntas.” Kuyén Tambor.

FOTOGRAFÍAS Y TEXTO SOFÍA GENOVESE