POR VICTORIA VARELA Y AILÉN MONTAÑEZ
IMAGEN DE PORTADA POR DONNA ADAMO Y LUCIA BARRERA ORO
Las fechas que nos convocan son sinónimo de lucha. Las luchas que nos convocan son también, sinónimo de encuentro. Del dolor y la bronca creamos una lógica espacial y temporal en constante reinvención, donde caben todos los miles de rituales que se despiertan en cada movilización y en cada mano que se extiende para sostener otra. No fue un despertar: los rituales nos anteceden. Fueron iniciados mucho tiempo atrás por mostras referentas; brujas combativas que nos enseñaron que sostener un cartel sin entender que nuestra presencia es política, es tachar un día más en el calendario.
Hoy que muches parecen haber descubierto las implicancias del racismo y la violencia institucional, no dejamos de estar juntes. Nos entretejemos en bolsas de comida que van y vienen. Nos buscamos en redes para decirnos que acá estamos. Nos escribimos, apoyamos las luchas compañeras, que son muchas. Nos llamamos para recordar cuán alto suenan nuestras voces cuando rugimos juntes. Hoy estamos lejos y atravesades por una realidad muy desigual que expone situaciones denunciadas hace mucho tiempo.
El abandono público y la falta de políticas sociales y económicas de los últimos cuatro años dejó un panorama de abandono, y esta crisis no hizo más que resaltarlo: “la violencia machista suele perpetrarse en el hogar. Eso ya lo sabemos. La cuarentena vino a mostrar esta falta ante el recrudecimiento de violencia por la convivencia obligada” expresa Paula, activista lesbiana y estudiante de Trabajo Social.
El año pasado, en esta misma fecha recapitulamos sobre este ritual, y la situación en la que nos encontrábamos en A 4 años, ¿Argentina es el país del Ni Una Menos? . Hoy el escenario nos desafía por quitarnos la posibilidad de marchar mientras la pandemia y su crisis desnuda las falencias históricas que arrastramos y las desigualdades que rebalsan su crudeza. “Este contexto evidenció que las decisiones políticas se revisten de tragedias; en nuestras villas, en nuestros barrios, en nuestra intimidad. El odio a les pobres se posiciona en nuestros cuerpos mucho más fácil y hasta con mayor aceptación” resalta La China, militante feminista de la villa 21-24. En las villas, la política sistemática de abondono por parte del gobierno de la ciudad le costó la vida a Ramona y cientxs de vecines. Para les villeres positivxs no hay aislamiento en hoteles cuatro estrellas sobre la Avenida 9 de Julio. Venimos golpeades pero queremos abrazarnos y escucharnos de la forma que podemos ahora: la virtual.
Hoy tenemos mucho más para decir porque las urgencias nos queman la lengua y una pluralidad de voces sigue movilizando lo que puede y tiene a mano para hacernos visibles; las cosas no cambiaron: en lo que va del año se registraron 136 femicidios y 30 travesticidios (relevados al día de hoy por el Observatorio Lucía Perez de Violencia Patriarcal). Durante los 75 días de cuarentena, hubo 57 femicidios (relevados por el Observatorio Ana María Zambrano de La Casa del Encuentro). En lo que respecta al 2019, los datos arrojan un total de 268 femicidios (relevados por el Oficina de la Mujer y la Corte Suprema de justicia). Les muertes que cargamos porque hay gente que en nuestra sociedad todavía no se dispone a cambiar sus valores machistas son siempre la punta del problema ¿Cuales son las urgencias que vemos en y desde el movimiento feminista en esta sexta convocatoria?

“¿De qué sirve mi empoderamiento personal cuando afuera la violencia machista sigue avanzando y llevándose la vida de les otres?” Se pregunta Camila Berrondo -ilustradora feminista- en la reflexion de estas urgencias: “El feminismo a mi me cambió la vida, pero el que a mi me interesa es con todes, es un feminismo con conciencia de clase y conciencia ecológica. De nada sirve el “love your self” si solo nos quedamos con eso. Cuestionarnos y cuestionar nuestros privilegios es vital para la construcción de un feminismo inclusivo.“
Si decimos igualdad, decimos inclusión, ¿o no? “La mayor urgencia tiene que ver con la unión de todas las luchas dentro del movimiento. Pienso que muchas veces terminamos separándonos entre nosotrxs, que el feminismo cis-heterosexual-blanco no va más”, expresa Nico, unx torta no binarie y activista dentro del movimiento. “El futuro es transfeminista: cuando somos nombrades como disidencias, en vez de darle el papel a cada identidad como se merece, nos invisibilizan. Cuando se demoniza a las masculinidades sin tener en cuenta que existen masculinidades trans que salen del lineamiento patriarcal-cis, cuando se habla solo utilizando el femenino en días como este mismo “Ni una menos”. Si seguimos dejando por fuera a todos estos activismos de la lucha, seguimos repitiendo formas utilizadas por nuestro gran enemigo el patriarcado”.
Sobre esto último, La china amplía: “los Feminismos (Pueblos Originarios, Villeros, Travestis y Trans, Afro e inmigrantes) por las lógicas de poder que se siguen empleando nos vimos relegades, muchas a veces, a seguir invisibilizades, y bien sabemos que de lo que no se habla, no existe. Avanzando en eliminar nuestros prejuicios: somos varios Feminismos existentes en Argentina y mismo Latinoamérica; así construimos caminos más amplios donde no exista una sola manera de ser, ni una sola forma de feminismo. Pero esta amplitud no ha logrado que dejemos de tener prácticas patriarcales, y hasta clasistas, entre nosotres”.
En línea con la unión de luchas -que recupera Nico- Gabriela transmite una urgencia clara: el feminismo debería fijarse más en la inclusión de las mujeres trans en el movimiento. Cuando pensamos en inclusión, pensamos en demandar que se cumplan derechos básicos para que la vida de cualquier persona sea viable. En este sentido, Paula añade que, las compañeras trans y travestis, “luchan contra desalojos y contra la violencia institucional policial que las criminaliza sólo por salir a la puerta de calle e intentar ir a comercios de cercanías. Recién hace poco pudieron acceder al IFE y Potenciar Trabajo, pero los montos son insuficientes. Es necesario que se implemente el Cupo Laboral Trans en todo el país” (ver también 28J: Fuera del closet, en las calles.)
En relación a la lucha por derechos básicos postergados y, en lo inmediato, sobre desalojos en plena pandemia, Dani Ruiz, del colectivo Identidad Marrón, agrega que “debido a esta pandemia, muchas de nuestras compañeras son echadas de los hoteles a la calle porque los encargados y los dueños no cumplen con lo que dice el Presidente. Creemos que ahí también hay un total abandono de la justicia y del gobierno porteño con nuestros cuerpos. Las compañeras quedan muy expuestas al COVID-19; además de que la policía sigue criminalizando en todo el país a nuestras identidades”. Para Dani, “la lucha del NUM, a muchas de nosotras, las travestis-trans, nos unificó: en la calle, en la demanda, dentro mismo del movimiento luchando para que nos visibilicen”.
Pensar entonces al movimiento y sus luchas, entre ellas el NUM, tiene que significar hablar de unión y visibilización. “La cuarentena obligatoria ante la pandemia dejó a una gran cantidad de compañeres travestis-trans en una situación de emergencia, por eso desde el Bachillerato Popular Travesti Trans Mocha Celis nos organizamos muy rápido activando nuestras redes para responder a las necesidades más básicas y urgentes de les compañeres con la creación del #TejeSolidario: una red de cuidados para personas travestis-trans que hoy alcanza a más de 700 personas gracias a casi 300 vecines, voluntaries y donantes.” Así lo cuenta Manu Mireles (@personanobinaria) miembra de la Secretaria académica y docente del Bachi. La Red fue una respuesta directa y colaborativa: las urgencias están acá y las políticas puestas en marcha desde diciembre no dan abasto. “Demostramos que nos tenemos y que nuestras redes no se pueden romper, que seguimos tejiendo. Seguimos luchando porque nos queremos vivxs, libres, disidentes y fuertes” .

Hablamos de derechos básicos: techo, trabajo, salud. Sobre este último punto, Luli Sanchez, abogada lesbiana y militante, agrega “un hospital de lesbianes para atender a les enfermes LGBTTIQ+ del covid-19 es la urgencia de hoy. En el 2013, cuando fui candidata en la lista de Pablo Ferreyra para la ciudad, una de las discusiones que se planteó era el hospital veterinario. Yo la seguí y plantee la propuesta del hospital de lesbianes. ¿Por qué un hospital de lesbianes? ¿No pueden venir al hospital de mujeres? Me respondieron algunas feministas. Vengan ustedes al hospital de lesbianes, fue mi respuesta. Ocho años después quien respondió es funcionaria pública de diversidad sexual, y el hospital de lesbianes sigue faltando más que nunca.”
Paula enfatiza en las invisibilizaciones que acarrean fuertes entramados de violencia: “Como militante lesbiana me preocupan 3 aspectos: Uno es el problema invisibilizado de violencia en vínculos de lesbianas/bisexuales. Carecemos de datos y de dispositivos preparados para considerar esta problemática en políticas públicas específicas. Otro aspecto es ¿Cómo está repercutiendo la convivencia obligada con familiares homolesbotransbiodiantes en buena parte del colectivo LGBTTIQ+? Espero que no tengamos que lamentar otro caso como el de Marcela Crelz. Por último, en el Mapeo de Violencia hacia Lesbianas, Bisexuales y otras identidades por ser leídes como Lesbianas me llegó una denuncia de una pareja que tenía permisos de circulación y que luego de ser identificadas en un control policial y ver que tenían permitido circular, fueron perseguidas desde ese mismo control, golpeadas y metidas a un calabozo en la comisaría de Coronel Brandsen con hombres cis por 8 horas.”
La violencia institucional va de la mano con la falta de políticas públicas que deberían incidir concretamente en que se dejen de criminalizar arbitrariamente a personas, sólo por no tener identidades blancas cis-heteronormadas. En este sentido, “No me extraña el maltrato ni la criminalización de las lesbianas, conociendo los casos de Marian Gomez, o cómo la policía trató a Higui en su arresto” resume Paula. .
“Qom Lives Matter. Lo pongo en inglés a ver si así la cachamos”, publicó en Twitter Ana Carolina, comediante lesbiana. Del otro lado de los veintunmil likes pensamos: ¿Cómo opera la complicidad social? “Hemos logrado organizar mayores porciones de pueblo, ahora ¿qué es el pueblo y qué hacemos para no seguir naturalizando esta humanidad?” reflexiona La China sobre este punto.
“Creo que SÍ hay un silencio de la sociedad” dice Dani Ruiz, y continúa: “hay un racismo estructural del cual no se habla. La mayoría de nosotras venimos de contextos populares y nos lo hacen sentir, en nuestra piel y en nuestras carnes. Hoy tenemos que hablar de este racismo estructural y de la identidad de género, porque cuando nos matan tmb ven nuestras pieles, ven como somos y lo que vivimos con nuestra identidad, nuestra sexualidad, nuestra cara, nuestro cuerpo”.
En sus palabras resuena la pregunta: “¿qué pasa alrededor?“
Como ya dijimos, no todo comenzó ni en el 2015 ni con el Ni Una Menos. Nos interesa que las consignas sean materias de políticas y cambios concretos, que no se vuelvan un slogan vacío; que contemplen unidad e interseccionalidad en nuestras luchas. Nos interesa -en este sexto aniversario- gritarle nuestros anhelos de libertad a un Estado que hoy tiene un Ministerio de Géneros, Diversidad y Mujeres. Es otro aniversario de una lucha contra el cis-tema patriarcal que comenzó mucho antes, y que debemos sostener,
hasta que caiga.
Participaron: CAMILI BERRONDO, ILUSTRADORA FEMINSITA / PAULA (@tortarepostera), ACTIVISTA LESBIANA Y ESTUDIANTE DE TRABAJO SOCIAL / NICO, TORTX NO BINARIE Y ACTVISTA EN @RESISTENCIATRANSS / GABRIELA, COMPAÑERA FEMINISTA / MANU MIRELES, MIEMBRA DE LA SECRETARÍA ACADÉMICA Y DOCENTE DEL Bachillerato Popular Travesti Trans Mocha Celis / DANI RUIZ, ACTIVISTA EN IDENTIDAD MARRÓN / CHINA SANCHEZ, MILITANTE FEMINISTA DE LA VILLA 21-24 / LULI SANCHEZ, ABOGADA LESBIANA .